sábado, 4 de julio de 2009

El corazon...

Pensando hoy en todo el tiempo que llevaba abandonando esto... en el trabajo he pensado que ya era hora

El corazón se parece a la arena más de lo que pensamos, cada lágrima que vertemos deja una marca en ambas, ese surco humedo que acaba por desaparecer ¿o realmente no lo hace? La humedad de cada una de nuestras lágrimas nunca desparece, se hunde hacia el fondo, tanto en corazón como en la arena. Si rebuscas pasado el tiempo en arena en la que se derramó mucha agua acabas reencontrando la humedad que provocó, y otro tanto para cada uno de las lágrimas de nuestro corazón, nunca desaparece esa humedad, y si buscas un poco sale a flote de nuevo.

Que estas marcas desaparezcan a la vista de los demás y a la de ti mismo es un mecanismo de defensa, pero como cada uno de los que tenemos, tiene un límite; el problema no está en que excaves a menudo, es necesario airear las humedades, el problema es cuando se llega al punto de saturación y estas son visibles, cuando cualquiera que sepa leer tu corazón o tus ojos las descubre. Porque los ojos son el reflejo del alma y el alma en mi opinión está en el corazón, cuando esas personas ven esa pequeña película de agua que los cubre y se da cuenta que en el fondo no estas bien, que los necesitas. Pero por supuesto el mayor problema está en que muchas veces la persona que te gustaría que lo viera no lo nota, tiene demasiadas cosas que pensar. Esas humedades desaparecen pero no se puede pretender que sea únicamente gracias al calor que te den las personas que son temporales es un calor que debe ser perenne incansable y suave, se asemeja a el calor que necesita un huevo para eclosionar, suave pero incansable.Como el que me da la gente que siempre siempre esta a mi lado, sabeis quienes sois.

You change your mind...

La vida me ha dado un hambre voraz y tu apenas me das caramelos

3 comentarios:

  1. Guau Edu. Estoy muy de acuerdo contigo. Y encima la metáfora de la humedad me ha gustado mucho.
    Permíteme que te cuente un cuento (de esos de moraleja) que escuché hace mucho tiempo. Además, viene como anillo al dedo a lo que has contado en tu blog. Espero que te guste (a ti y a los que te siguen)

    Érase una vez que se era, un joven muy malhumorado. Siempre tenía los nervios a flor de piel. A lo más mínimo que le hicieran, o simplemente si alguien no le seguía, gritaba y pataleaba.

    Un buen día, su padre, un hombre mayor de gran sabiduría, se sentó con su hijo el la cama de su habitación.

    - Mira, hijo. Aquí tienes una bolsa de clavos. Por cada mal que hagas a alguien; por cada palabra dolorosa que dirijas a alguien; por cada acto negativo, clava un clavo en la puerta.

    Su hijo, asombrado, asintió. Y durante un año entero, con sus días y sus noches, clavó con furia un clavo por cada mal que hacía a alguien.

    Pasado el año, citó a su padre en su habitación.

    - Papá. Ya no tengo más espacio en mi puerta. No puedo clavar un simple clavo.

    Su padre le contestó:

    - Pues ahora, hijo mío, por cada bien que hagas a la gente de tu entorno, desclava los clavos.

    Pasado otro año, ya no que daba ningún clavo en la puerta de nuestro amigo.
    Su padre, sentado en la cama junto a él, le dijo:

    - Mira hijo. Por cada mal que hiciste, clavaste un clavo. Después enmendaste el error y quitaste el clavo. Pero como puedes ver, la herida sigue en la puerta.

    Moraleja: Hagamos el bien. Dejemos las heridas y las humedades.

    Bueno Edu (no nos conocemos pero en confianza jejeje) Un abrazo muy fuerte.

    Te invito a mi blog cuando quieras

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  2. Me ha gustado mucho tu post de hoy. Veras, muy poco gente se da cuenta al mirar a los ojos que algo nos pasa. Yo soy mucho de guardarme los sentimientos y no exponerlos publicamente, y muy poquita gente ha llegado a mirarme a los ojos y darse cuenta de que por dentro, en muchas ocasiones me muero.

    Bella metáfora la que utilizado para describir este sentimiento.

    Un besito cielo

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  3. Eres una de esas personas que me llaman la atención, que me apetece conocer simplemente porque tengo la intuición de que merece la pena hacerlo, de que tiene un corazón que mira a todos lados. Enhorabuena por tu integridad y tu sinceridad en el blog. Espero que algun día podamos conocernos (creo en el destino) Un abrazo

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